Que arda en el infierno de la soledad,
Que arda mi paciencia en mis ojos de incendiaria frustrada y fustigada por los recuerdos...
Que arda en tu complicidad silenciosa de los cambios de aires...
Que arda mi pasión por todo lo que nos unió...
Que arda mi cándida creencia en ti...
Que ardan las letras y palabras dedicadas a ti...
Que arda mi piel y se deshaga en llamas que exuden mi rabia...
Que ardan mis ojos para no ver nada más...
Que arda mi ciudad para que deje de ser mía...
Que arda mi alma y me esfume en gotas de sangre...
Que deje de ser el miserable ser que espera...
Que toda la ira que se acumula en mis células caiga como venganza sobre lo que deba ser...
Ya nada importa...
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