lunes, 17 de diciembre de 2012

Desahogo...



Estoy tranquila, ha sido un buen año...dicen que ahora el 21 de diciembre van a venir días oscuros, tormentas eléctricas y un casi acabo del mundo...Yo no creo en eso, creo simplemente que nuestro planeta como símbolo de vida necesita reajustarse y hacer cambios, al igual que los que lo ocupamos...creo que sí pasarán cosas, pero deberían ser cosas normales, nada de aterradoras...pero, bueno ese no es mi tema de hoy...

El desahogo, ese es mi tema. He sabido cosas que me han molestado, sé que estoy inserta en un pequeño mundillo lésbico, lleno de envidias, de celos, de malas vibras y sinrazones. También sé que he cambiado, que ya no soy ese ser casi de alfombra roja que llegaba a Santiago y hacía y deshacía, entonces si soy una mujer que vive aparte, tranquila en su casa por qué se inventan cosas que ni siquiera he sentido?

No quiero dar la lata explicando todo lo que pasó o toda la gran situación porque no corresponde y porque no tengo ganas. Solo escribiré esto como una forma de desahogo y para mí, ahí queda, ya que la persona que provoca este escrito el día de hoy, ya no existe en mi vida. Fue alguien que quise mucho, que quise sin pensar, sin cuestionarle nada, sin preguntarle más y ahora resulta que cambió toda la versión y después del cariño mutuo, yo soy casi una obsesiva, que imaginó cosas, etc, etc... casi una mina loca que rapta a la niña... O sea... yo?? Yo que soy el ser menos cercano, menos cariñoso, que me cuesta creer, me cuesta hasta acercarme a los demás y por una vez que vuelvo a sacarme la armadura, dejo la espada lejos...y plaf, la traición...el golpe por la espalda, sin sentido y sin aviso... ¿Vale la pena tratar siquiera de ser amiga? Lo que sí debo reconocer y tengo las pruebas en conversaciones de msn (QEPD), en mensajillos al celular que lo que hubo era para enredarse, era para soñar en algo...entonces que me cambien la versión y la adapten en forma unilateral, me parece una injusticia...  

Sé que no todas las santiaguinas son unas infames, pero hoy de nuevo pienso y siento que Santiago y algunas de sus habitantes me enferman, me hacen daño y por eso, hoy más que nunca prefiero seguir en mi autoexilio emocional... Recordé algo de Miguel..."No hay ni un corazón que valga la pena". 

En resumen, al diablo contigo...pudiste ser una gran persona en mi vida, una gran amiga, ahora quedas en menos que nada.