lunes, 7 de noviembre de 2011

Esta crónica es para ti, mi Dragona bella...



Creo en la magia, creo en los casas que se pueden transformar en castillos encantados, creo que la distancia física es real pero que la cercanía espiritual la derrota, creo en el silencio de tus ojos asombrados que me temen, pero que quieren darme la oportunidad de confiar, creo en que el destino es extraño y es más extraño al juntar a dos seres tan diversos como nosotras...



Tuvimos un desencuentro que al final ayudó a encontrarnos...y eso para mí es magia pura. Confieso con una tímida sonrisa que a pesar del poco tiempo humano que llevamos compartiendo he aprendido a quererte y que si hubieses desaparecido de mi vida, en este momento mis palabras no tendrían este tintineo de alegría que se puede percibir... te extrañaría si te alejaras, me daría una pena que no me mataría, pero sí me haría sentir un vacío en mi corazón.



No sé qué pasará, pero pretendo no preocuparme de eso, pretendo preocuparme de mi presente... de nuestro presente, porque poco a poco están asomando las palabras en plural... te pido disculpas si aún sigo siendo ese animalejo de costumbres solitarias y que se manda a cambiar solo...cambiaré mi paso y caminaré a tu lado, porque definitivamente es mejor caminar acompañada y no quiero volver a la estepa sola... quiero estar contigo y no importa si la ruleta de las probabilidades juega en contra de nosotras...me siento capaz de derrotar los muros que sean con tal de sonreírte y sentir tu abrazo de fuego que inflama nuestras pieles...



Contra toda predicción yo lanzo los conjuros necesarios para que en esta vuelta del camino sigas a mi lado...eres mi Dragona hermosa y no hay nada ni nadie que se te compare, mis ojos te ven con la ternura que llevo escondida para ti, mis manos fuertes son la continuación de tu calor, mi sonrisa se funde en tu blanca piel, mis pasos se dirigen a conquistar tu alma, me basta el roce de tu mano para encontrar mi centro, mi equilibrio, mi paz...

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