Tengo 42 años y he pasado por 2 terremotos...creo que es una experiencia increíble por lo extrema, por el terror de sentir que no puedes hacer nada, salvo tratar de protegerte y esperar a que la naturaleza se calme.
Gracias a Dios no estaba en mi casa, hubiera sido muy terrible pasarlo sola, sé que me hubiera sentido muy desorientada y sin saber qué hacer, el anterior terremoto lo pasé con mi familia, tenía padres y ellos supieron cómo comportarse, cómo cuidarnos y especialmente sentir que tienes ese apoyo y esa seguridad de que aunque todo se te caiga encima tendrás un abrazo que te protejerá y dará calma.
No me quejo porque estuve en la casa de mi amiga Carolina, ella tiene una linda familia, tiene a su mamá, a sus hermanas y sobrinas. Fue lindo verlas abrazarse y escucharlas consolarse. Admito que me sentí sola y que extrañé a mis viejitos, pero por otro lado agradezco de que ellos no tuvieran que pasar por algo tan terrorífico como este terremoto.
Conclusiones de esta experiencia:
- No quiero ni debo vivir sola.
- Me cambio a una casa más chica y de un piso ! Definitivamente de un piso !
- No olvidar que muchas amigas se preocuparon por mí, porque creían que estaba sola. Eso se agradece...
- No olvidar que al día siguiente del terremoto amanecí mirando la vida distinto...igual tengo mucha pena por haberme separado de Carola, igual me hubiese gustado estar a su lado y haber sentido su abrazo protector, sé que a su lado las cosas hubieran sido distintas, pero no fue ni es así... entonces debo aceptar, entender y seguir drenando la pena.
Me afectó el terremoto, emocionalmente me afectó. Hay un lado mío que siente mucha pena por lo que están sufriendo mis compatriotas, pero también hay un lado mío que siente pena por sí mismo...me da lata sentir esta soledad y sé que debo reparar ese grieta emocional que tengo.