Eso...al final, no fue tan profundo el arañazo y trabajar, crear, mover las neuronas es mágico cuando una debe sanar rápido. Nunca entenderé qué diablos pasó, pero quizás sea mejor así...otro misterio sin resolver, total si no han descubierto lo de la Atlántida cómo van a descubrir lo que puede existir en el silencioso, extraño y cerrado corazón de una dragona y que para rematarla es mujer...o sea, qué más complicado que eso...jajaja.
Bueno, mejor reírse y tratar de volver a confiar en Santiago, aunque confieso que me sigue dando un poco de angustia el pensar en ir a esa malhadada ciudad que al final siempre termina dañándome...definitivamente salvo las amigas, el corazón no está allá y por mi sanidad y seguridad debo olvidarme por un buen tiempo de ir. Por ahora permaneceré fiel a mi aire porteño, a mis escalas, a mi playa, a mi sonido de hojas secas en la Quinta Vergara y cuando sea el minuto iré a sentarme al Parque Forestal para una vez más contarle que una pérfida santiaguina me hizo daño, pero que no me mató...y eso es lo que de verdad importa.
1 comentario:
Ella nunca te quizo, asi de facil para entender. Alguan vez te miro y sentiste algo especial? Tomala como otra mas en tu vida.
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