Con poco que decir...

Navidad, días especiales, dolores surtidos. Esperé una llamada, un mensaje de alguna de mis tías, revisé la memoria del fono de mi casa, dejé el celu cerca...y nada, eso terminó por romperme el corazón. Pero hoy está funcionando mi parte lógica, mi corazón se recogió de decepción y ha aparecido lo que puede salvarme ahora: la frialdad, el corazón certero y de hielo.

Una buena amiga me comentó que ellas también debían preocuparse de mí, que por algo eran mi familia, pero la verdad...ya no importa. Creo que cuando llegue el momento preciso ellas se darán cuenta de que se equivocaron harto y que me alejaron solas. No hay rencor, no hay dolor, hay algo peor...hay indiferencia, hay dureza y está bien es tiempo de reponerme.

Y por otro lado...siempre mi falta de tino para detener relaciones, siempre elijo las fechas más inadecuadas para arañar corazones...esa es mi maldición! Un sueño y una dragona no pueden terminar en forma feliz un cuento... somos seres distintos y la realidad no es una novela ni una película de amor y me duele, me cansa, me destruye, me hace sentir que soy la misma maldita de siempre.

Dragona Bella: Mereces a alguien mejor, alguien que logre entender tus silencios, alguien que logre entender el misterio de tus ojos asombrados, alguien que no resienta tu ausencia y te espere en Santiago, alguien que lea tu mente lógica y serena, alguien que sepa despertar tu piel y entender tus momentos. Aunque no lo creas...te quiero y mucho. No eres una más para mí, significaste algo muy importante, fuiste la persona, la mujer que me dio la ilusión de ser especial para alguien, la que me permitió recuperar el calor de mis manos, la que me permitió volver a soñar... Eso, nada más, creo que lo demás que pueda estar sintiendo por respeto a las dos lo callaré...