Se acabaron las motitas de algodón...

Hoy escribo con un sentimiento que hace meses había alejado de mi alma y de mis ojos...la ira. Un viejo amigo que volvió esta tarde y que me recuerda que pase lo que pase una siempre es lo que es... y yo soy un ser rabioso, iracundo hasta violento, pero la gran diferencia de ahora es que ya no es algo físico...ahora es algo peor y más hiriente: las palabras.

Con mis palabras puedo crear universos de ternura y arrullos infinitos o bien puedo destrozar a alguien con todo descaro y seguridad... quizás podría destrozar a alguien y que el mundo supiera la clase de persona que es, la serpiente camuflada en piel de oveja, porque jamás insultaría a un lobo diciendo eso de "lobo con piel de cordero"....los lobos son seres nobles, con valores, lealtad, un amor infinito a sus pares....en cambio, las serpientes te hipnotizan con su oscilante vaivén, con sus palabras llenas de miseria, con su lengua llena de egoísmo, con sus indecisiones y sus constantes juegos...

Podría degradar, humillar, recorrer toda la variedad de adjetivos despectivos, pero la verdad a pesar de la ira contenida y el deseo de venganza... dejaré libre todos esos deseos y solamente decretaré que todo el dolor y los malos ratos que he vivido se multipliquen, se devuelvan y sean pagados... una amiga me dijo "la vida no es justa" y es muy cierto... no entiendo porqué están en este mundo seres que no aportan nada y personas valiosas se han ido...

Ahora dejaré que la vida corra, siga su curso normal....me sentaré en la puerta de mi casa a ver pasar el cadáver de mi enemiga... porque para bien o para mal, las cosas se fueron a la cresta y si alguna vez pudo existir una posibilidad de hablar como conocidas eso desde hoy se fue al tacho y prefiero decir que jamás te conocí.

Mi sangre ya no es roja de pasión o negra de odio...es amarilla de desprecio...