jueves, 5 de agosto de 2010

Las palabras...


Estos días he estado muy conectada conmigo, con mis dones, con mis potencialidades, y puede que sea una torpe emocional, pero si hay algo que tengo y agradezco es el don de las palabras, quizás no hable mucho, pero leo y escribo, entiendo, manejo las sensaciones de lo escrito como nadie...


Hoy en la mañana me hirieron con palabras escritas por msn...quizás sea yo la tonta que sigue preocupada de ti...pero creo que por 3 años tu familia fue parte de mi vida y si tu padre está muriendo me afecta. Me da pena, lo siento por tu mamá, por ti no me preocupo tanto porque sé muy bien lo que sientes y cómo lo sientes.


Lo único que lamento es haberte preguntado si te sentías apoyada, fue una simple pregunta, ya no me interesa saber cosas de la mujer que te acompaña, me dan lo mismo ustedes como pareja...pero que me dijeras que yo era egoísta por preocuparme de esas cosas...o sea, me duele, me duele porque una vez más ni siquiera te has dado cuenta que he cambiado, que el tiempo ha pasado y las personas mejoramos, si tú no evolucionas y crees que "las personas no cambian"...ya es problema tuyo.


Lo único cierto es que me dolió, me aleja más de ti y me doy cuenta que llegará el día en que seremos 2 desconocidas en el mundo. Y lo peor o lo mejor es que ni siquiera sabrás que me heriste, porque no eres capaz de leer mi blog, no eres capaz de enfrentar la verdadera mujer que soy... soy palabras escritas y ni eso sabes...

2 comentarios:

Dorita dijo...

Patita, da vuelta la hoja, me imagino que hay cosas que duelen, en caso que te importen haz las visitas que correspondan, da las condolencias a quien corresponda y da la media vuelta, no te sigas esmerando ni preocupando por alguien a quien sólo le importa ella misma, enfócate en tu futuro para seguir avanzado, no vale la pena mirar hacia atrás tan seguido, no te permitirá mirar lo que viene, o lo que puedes tener a tu lado.
Un abrazo calido en estos frios dias de invierno.

Anónimo dijo...

A estas alturas de la vida ya deberías haber aprendido.

A ella no le importa lo que entregues ni tu preocupación ni el condolerte por sus tristezas.

Así es que ya deja de sentir pena por lo que una persona que jamás va a entenderte te diga. En esa obsesión por descifrar sus códigos es que has dejado pasar a más de alguien que pudo ser una buena compañía.

Si has podido ignorar a personas que te quisieron bien, intenta, -de una buena vez- con ella!