jueves, 6 de enero de 2011

El señor de las olas y la señora de los números.


Aclaración: Lo que escribiré no es de mi autoría. Lo escribió una persona que compartió lo suficiente mi vida como para hacer algo tan lindo y lleno de sentimiento. Aunque estemos las dos con los pulmones perforados, no puedo dejar pasar esto como un papel más...vale la pena recordarlo en este espacio.Gracias por alguna vez darme este regalo tan hermoso...


Un día el señor de la olas salió a mirar por su balcón el mar que tanto lo encantaba y vio a la señora de las letras, desde ese día no se separaron más...El señor de las olas y la señora de los números, eran muy felices...Lo único que deseaban para completar su felicidad era un sueño.


Él, era un caminante de olas, conoció muchas cosas, navegó muchos mares y aprendió tantas y tantas cosas, que explotaría en cuentos e historias si no las contaba.


La señora de los números, también sabía muchas cosas, ella enseñaba a los sueños de otros el misterio del número cero, también enseñaba que los números y letras forman poesía...


El señor de las olas y la señora de las letras querían tener su propio sueño, querían enseñarle todas las cosas que sabían y llenarlo de amor... Él quería contarle a su sueño las historias que había aprendido en sus viajes, quería mostrarle a su sueño que la vida es dulce (al señor de las olas le encantaban los dulces), y que vivir es más simple de lo que todo el mundo piensa... (también quería enseñarle que el jugo de limón es muy útil).


Ella, quería enseñarle que los números y las letras son mágicos y que si uno los escucha atentamente, ellos cuentan sus secretos ( para ella el jugo de limón era útil solamente para ensaladas y frutillas...)


Un día su deseo se cumplió, desde algún lugar, no importa qué lugar, su sueñito se hizo realidad y se instaló en la casa grande del jardín gigante.


Su sueño resultó ser un poco inquieto, tenía por compañero a un perro gigante, la señora de los números corría de un lado a otro tratando de controlar a esos bandidos, muchas veces lo logró, otras ...uff, no tuvo más remedio que limpiar el desastre...


El señor de las olas cada vez que regresaba de sus viajes, venía lleno de dulces e historias que contar, su sueño lo escuchaba atentamente y se maravillaba...podía conocer tantas cosas a través de sus palabras...


El sueño fue feliz, aprendió a disfrutar de lo dulce de la vida, aprendió a escuchar a las letras y a los números, ahora ella puede escuchar sus secretos...


Un día la señora de las letras y números y el señor de las olas se tuvieron que ir, el sueño se sintió como una pesadilla...sintió que nunca más sería el sueño de alguien y estuvo triste por mucho tiempo... hasta que entendió que ellos no se habían ido...el señor de las olas estaba ahí, solamente tenía que mirar por el balcón y se encontraba con él... la señora de las letras era más fácil de encontrar, solamente tenía que escuchar, leer y sentir...


Muchas veces el sueño de la señora de los números y el señor de las olas se pone triste...ella se olvida que es un sueño hecho realidad (cosa que es muy difícil de encontrar), ella no sabe que los sueños que se hacen realidad nunca están solos y nunca deben ponerse tristes...


CEV

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